El Superagente del Recontraespionaje

Esta semana entrega doble por las elecciones.URSS; San Petersburgo, 12 de abril de 1955Plena guerra fría, los gobiernos Soviético y norteamericano no solo se repartían el mundo, sino que también el universo, la carrera espacial era cada vez mas peleada, pero el gigante de Eurasia se adelantaba un poco.Es en ese momento cuando el estado comunista decide elegir al azar al primer bebé que naciera ese mismo día a las 12 en punto de la noche, para luego convertirlo en el mejor espía al servicio de la KGB de todos los tiempos. Es así que eligen a Demetrive Pepevsky, el niño fue sometido a largas torturas de todo tipo, por ejemplo: ver todos los programas de Gerardo Sofovich y la ficción completa del Baby Echecopar, entre otras cosas, para convertirlo en una persona valiente y sin ningún tipo de miedos.Las pruebas físicas comenzaron en el 1979 cuando tuvo que ser el único cartero de toda la Unión Soviética, a pie. Su educación fue la mejor, y fue tan buena que en el año 2003 ganó el imbatible de Susana Giménez.Para el año 1982 ya era el mejor, el número uno del servicio de inteligencia soviético, e increíblemente el mejor delantero de fútbol de todo su país, es en ese momento cuando el D.T. de la selección, decide convocarlo al seleccionado de su país para disputar el mundial en España, corona que defendería la Argentina, ya que había sido el vencedor cuatro años antes.La actuación de Pepevsky fue notable, excelente, “el astro del fútbol” publicaba de New York Times”, “Córtenle las piernas” decía la revista Hola de España, “Pepevsky y su romance con la argentina Lia Salgado” anunció la revista Paparazzi.Pero ya todos sabían de la debilidad de este astro y espía, el vodka, fue así que en medio del mundial Pepevsky se metió en el cuarto del equipo inglés para robar información calificada, cuando ve a su alcance un botella de Smirnoff, su marca preferida, y no soportó la tentación, al despertarse tenía a todo el plantel inglés a su alrededor a punto de darle una golpiza histórica, lo único que pudo hacer el ruso fue tirar una bomba de humo para generar la distracción, y salió corriendo, como pudo, recordemos su estado de ebriedad, entrando por la ventana del equipo argentino que casualmente se hospedaba en la misma habitación, al verlo Mario Alberto Kempes, entabló una conversación bastante peculiar, debido que Pepevsky no hablaba el castellano y Kempes…tampoco, el “matador” prometió ayudarlo y con ayuda de “el flaco” Menotti, lograron que el espía viajara con la delegación hacia la Argentina.Llegado a Bs.As. consiguió un empleo temporáneo en una librería, la cual años mas tarde iba a terminar comprándola, debido que todo estaba muy fresco como para pedir la extradición.Siete años, con el fin de la guerra fría él ya había hecho varias amistades, años antes entre las cuales se encontraba el en ese entonces presidente argentino Carlos Saúl, el cual lo convirtió en hincha fanático del River Plate, club en el cual, Pepevsky invirtió mucha plata como empresario para la compra de varios jugadores, recordemos que todavía poseía sus cuentas en Suiza por el servicio prestado al Servicio Secreto Soviético. Su vida era muy sedentaria, miraba tele todo el día y vivía de lo que le dejaba su negocio de libros, no se había casado nunca y visitaba los cabaret mas caros de Buenos Aires, atrás habían quedado sus días de deportista y agente secreto, no existía ninguna pasión que lo moviera, hasta que un día a su librería del barrio de Liniers, llegaron 25 ejemplares de “Mitos”, el libro de Felipe Pigna, el ruso que ya hacía varios años lo apodaban Pepe, debido a lo difícil que era pronunciar su verdadero nombre, tomó una de las copias del texto de historia, y luego de quedarse totalmente fascinado con la historia argentina decide inscribirse para ser profesor de historia y poder enseñar todo lo que el logró aprender a lo largo de su vida agitada como Agente secreto, futbolista, librero y empresario.