"Walter López, un ser extraño" segunda parte

El 31 de octubre se publicó la primera parte de la biografía de Walter López. Hoy 25 de diciembre, de regalo de Navidad, les traigo la segunda y última entrega de la misma, por problemas legales todavía no podemos mostrarles la única foto de este personaje, les prometo que la próxima semana la daremos a conocer.
Ahora, pónganse cómodos, y disfruten de: "Walter López, un ser extraño"

LINK A PRIMERA PARTE DE LA BIOGRAFÍA

Sin saber que hacer para salir de la prisión, me pongo a idear un plan similar al de la película de Darín, hasta que en un momento se me prendió la lamparita:
- Pero claro como no se me ocurrió antes.
Llamo al guardia cárcel y le digo:
- Jefe, si le tiro 20 mangos, me deja salir.
A lo que el me contesta:
- Al fin, se avivó, hace una hora que queríamos pedir una grande de muzza.
Era lógico, me había ido hacia los confines de la tierra pero todavía seguía en la Argentina.
Veo nuevamente el papelito con la dirección anotada, y me dirijo hacia un kiosco que había al lado de la comisaría.
- Buen día buen hombre, podría usted decirme donde queda la calle Zabaleta.
- Por supuesto, me contesta, tres cuadras para allá, señalando su derecha.
Al llegar a la calle Zabaleta observo la altura, me encontraba al 600, tan solo cuatro cuadras me alejaban de la dirección que yo buscaba.
Camino 300 metros, cuando soy sorprendido por atrás, una voz ronca que me dice:
- No digo que seas puta, pero si sos puta mejor.
Eso significaba una sola cosa, el enano Gabriel quería impedirme que transitara la última cuadra hasta llegar a destino.
me doy vuelta y lo veo ahí, vestido de niño de jardín de infantes, si lo golpeaba iba preso de nuevo, qué demonios debía hacer.
- ¿Qué es lo que quieres insignificante criatura?
Con una mirada fría y una voz que rozaba con la muerte me dice:
- Quería saber si este viernes se juega y si hay que ir comido
A lo que le respondo
- Sí, se juega y hay que ir comido.
Con mucha desconfianza nos saludamos y seguí mi marcha, pero los dos sabíamos que eso no quedaría ahí.
Llego a la dirección que tenía en el papel, el frente de la casa era una pared blanca con una puerta celeste de madera, golpeo la misma para ser atendido, pero ésta se abre como si sólo estuviese apoyada, ingreso a la al inmueble, estaba todo oscuro y al fondo se veía una pequeña luz, camino hacia ella, allí se encontraba una vela alumbrando un ataúd, mi cuerpo no entendía lo que estaba pasando, la sangre no la sentía circular, la cabeza me decía que huya lo mas lejos que pudiese, pero mi corazón quería saber la verdad.
Abro el féretro y encuentro una nota que decía:
“Leandro, si llegaste hasta aquí debe ser porque realmente me aprecias o es porque te falta uno para el viernes, lo importante es que viniste en busca de la verdad, la verdad es que soy un vampiro, tengo 235 años, es por eso que ninguno de ustedes me ha visto con la luz del día, algún viernes apareceré nuevamente por la cancha de los hermanos Costas y volveré a demostrar mi destreza para este hermoso deporte denominado balón pié, pero este viernes se me hace imposible, cualquier cosa te mando un Mensaje de texto, nos vemos, Walter”
Guardé la carta en mi bolsillo, cerré el ataúd, sentí una sensación ambigua, me encontraba feliz porque pude encontrar la verdad y estaba furioso porque tenía 9 para el viernes, espero que Abel conteste el mail.

¿FIN?


TAPA OLÉ - FECHA 6